11 años han transcurrido desde que se estrenó la segunda parte en 1999, en aquel entonces Andy era todavía un niño que le entusiasmaba jugar con todos sus juguetes, pero así como el tiempo real ha pasado, para este personaje ha sido igual así que ahora ya es un chico de 17 años preparado para irse a la universidad, lugar donde ya no hay cabida para sus compañeros de plástico, trapo y porcelana.
El panorama es incierto para los muñecos y para la historia ahora con la ausencia de Andy, hacía parecer que caería en un agotamiento, pero contrario a lo que por norma general le ocurre a las secuelas, las sorpresas que estos genios de la animación preparan para ellos son realmente espectaculares. El universo no se les agota en ideas como tampoco las posibilidades de incluir nuevos personajes, hacer nuevas relaciones o llevar al espectador a momentos emotivos o de risa explosiva.
Así como Andy ahora es un adolescente la historia se torna mucho más madura, es más compleja y se pueden evaluar valores como la deslealtad, la deshonestidad, el amor, la fidelidad, el desapego a las cosas materiales y por supuesto la amistad, premisa que ha estado presente a lo largo de la saga.

Que buenaaa peli... yo la vi con mis hermanitos menores hace unos meses y digamos q hasta q llore. No se, me mueve el piso como uno vio las otras desde pequeño me trae recuerdos.
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